Mejorar el bienestar propio ha sido el constante deseo del ser humano, querer transformar nuestra vida cotidiana realizando actividades que no siempre son posibles, en parte por limitaciones físicas. En este deseo podíamos imaginarnos existiendo en un universo paralelo, con geometrías similares a lo que vemos en nuestro entorno, un Lugar para expresarse e interconectarse.
Sin embargo, en retrospectiva, no había sustento, hasta que la transformación digital nos abrió la puerta a un entorno virtual capaz de cumplir esas expectativas lo más similar a la vida real, en el que las interacciones permanecen en nosotros como experiencias inmersivas de Haber explorado y vivenciado el Metaverso.